En ocasiones el trabajo, un traslado, una separación o cualquier otro cambio estresante puede generar una serie de síntomas ansiosos que no llegan a constituir un trastorno de ansiedad propiamente dicho. Estamos ante un trastorno adaptativo.

A veces los síntomas de ansiedad se producen como consecuencia de acontecimientos estresantes tales como un despido laboral, la ruptura de una relación sentimental o problemas familiares de reciente aparición. En este caso, se puede producir un cuadro psicológico que denominamos trastorno adaptativo. En este caso pueden producirse síntomas típicos de la ansiedad y también de la depresión, aunque no alcanzan la intensidad para diagnosticar un trastorno específico de ansiedad o de otro tipo.

Dependiendo de la gravedad de la situación que desencadena el estrés y de algunas características del paciente, así como de experiencias pasadas, este cuadro puede evolucionar rápidamente a un cuadro grave, sobre todo si se comienza a pensar en el suicidio como única salida a la situación que se está viviendo.

Piensa que siempre hay alternativas. Con independencia de lo grave que sea la situación que atraviesas. Es típico que, si nos deprimimos por lo ocurrido, parezca que todo está negro o que la vida ha perdido el sentido. En realidad, esto son síntomas de la depresión más que una realidad en sí misma.

Si estás pensando en el suicidio, acude a un servicio de urgencia de inmediato.

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